
Los avances tecnológicos están inundando poco a poco todos los ámbitos de nuestra vida, y últimamente han llegado incluso a elementos que componen nuestra ropa. Sí, es posible. Los tejidos inteligentes están empezando no solo a aparecer, sino también a dar sus frutos.
Si bien hace algunos años comenzó a comercializarse la ropa interior sin costuras, que ni comprime, ni marca ni se nota; ahora el invento va más allá ayudando a estimular la circulación en piernas cansadas y pesadas, definiendo las caderas, tratando la antiestética celulitis y elevar los glúteos. Beneficios que pueden disfrutarse en cualquier momento del día gracias a la comodidad y suavidad de la fibra.
¿Pero qué es EMANA?
Una tecnología revolucionaria de cristales bioactivos Emana que absorbe el calor del cuerpo humano y lo transforma en rayos infrarrojos lejanos (FIR), que penetran a través de la piel para interactuar con el cuerpo estimulando la circulación sanguínea y el metabolismo celular.
Por tanto, no es solo una faja, pues no reduce solo en el momento de uso, ya que las micropartículas se van desplazando por el cuerpo gracias a nuestro movimiento. Es decir, se “sueltan” mientras el tejido se estira y contrae. Una característica que no se pierde con los lavados, manteniendo el efecto reductor durante toda la vida del producto.
Además de que las fibras del tejido llevan una pequeña proporción de plata con acción bactericida que elimina los malos olores, por lo que no es necesario meterlos en la lavadora cada dos por tres. Hecho que supone una ventaja para su “modus operandi”, ya que para notar el efecto reductor se deben utilizar unas 6 horas al día durante 4 semanas, independientemente del sexo, edad y momento del día (son muy útiles para dormir).

Chicas, ya sabéis, no os voy a invitar a echaros la siesta con ellos, pero seguro que la clase de spinning es más eficaz si los llevas puestos. Y chicos, además de que podéis usarlo, ¿qué mejor que un regalito «útil» para vuestra novia? (Me han dicho que donde mejor los venden es en Calzedonia del Centro Comercial L’Illa de Barcelona)
P.D.: Nadie ha patrocinado este post, pero al menos podrían regalarme unos, ¿verdad?