Si no teníamos suficiente con los smartphones, tablets, phablets, etc; ahora los Social Media llegan a un dispositivo más: los anillos Wearables. No hace mucho conocimos las gafas inteligentes, “Google Glass”, lentes que se controlan mediante la voz disponiendo de una pequeña pantalla donde se muestra la información solicitada, con las que se pueden hacer fotos, grabar videos HD, compartirlos, consultar el mail… y casi todas las aplicaciones que te permite realizar un smartphone.

Poco después llegaron los
Relojes Wearables, siendo
Samsung uno de los primeros impulsores ante la espera de la aparición del
AppleWatch al mercado, con los que podías hacer llamadas, controlar tus pulsaciones y almacenar todos los datos de tus entrenamientos de
Fitness, comprobar direcciones con el
GPS… todo desde tu muñeca. Pero ahora el dispositivo es más pequeño, cómodo, pero sobre todo, lujoso.
Onix negro, cuarzo blanco, zafiro rosa, esmeralda… montados en oro de 18 quilates o plata rodiada, con un precio entre los
150 y los
250 euros; el
anillo inteligente Ringly se
conecta a los dispositivos
móviles y notifica a los usuarios de
llamadas,
mensajes y
correos electrónicos, etc; mediante una sutil
vibración y el característico
led parpadeante. Este artículo de semilujo ya está en más de 1000 hogares, estadounidenses como no, y promete
elevar su
producción con la última
inversión de
4,4 millones de euros que la empresa va a destinar a su crecimiento.

Los
dispositivos Wearables son aquellos aparatos electrónicos que utilizamos diariamente formando parte de nosotros, pues están colocados en alguna parte de nuestro cuerpo (relojes, zapatillas, gafas, pulseras…) e incorporan un
microprocesador que nos permite
interactuar con otros dispositivos para realizar alguna función específica de forma
inalámbrica. Se encienden al identificar la
huella dactilar y almacenan toda la información sobre nuestro
lifestyle, como los kilómetros que caminas durante el día, el ritmo cardíaco, los ciclos de sueño, cargar y descargar todo tipo de archivos como documentos, imágenes, vídeo… todo ello con un
simple gesto.

Pero a esta tecnología aún le queda mucho por recorrer, pues una infinidad de utilidades aún están en proyecto. En el
mundo de la moda se han creado
vestidos que
cambian de color e incluso que
almacenan la
energía solar para cargar la batería de los s
martphones. Caso especial es el de La
Fashion Wearable Orchestra presenta un
espectáculo de
música y
danza en el que los bailarines se mueven al ritmo de la música que los
vestidos wearables que visten les emite, pudiendo el
público intervenir en el espectáculo con sus
móviles.
Las madres podrán comprobar si sus bebés tienen fiebre, a los aficionados al running estudiar su rendimiento e incluso a su sistema GPS permitirá, por ejemplo, ubicar a los bomberos gracias a sus cascos, e incluso monitorizar los niveles de oxígeno y las temperaturas que soportan la extinción de los incendios.
Un sinfín de utilidades que iremos descubriendo poco a poco, sorprendiéndonos cada vez más con el control que estos mini dispositivos tienen sobre nuestras vidas, pues ya no hay quién nos haga escapar de los wearables…